Invitados de honor

viernes, 27 de febrero de 2009

"Yo pienso que para ser un buen escritor hace falta haber sufrido. Porque el dolor te afila no sólo la mente, el ánimo y el alma, también la lengua."
La Vida Según el Deseo, -Victor Maña-

miércoles, 25 de febrero de 2009

Esta misma semana leía un artículo de Carlos Herrera en XL Semanal, la revista de ABC, titulado "Raphael, el más". Nunca compro ABC porque me parece un periódico de lo más fascista, como pude comprobar una vez más, pero este domingo traía de regalo la película "Las Vírgenes Suicidas", de Sofía Coppola, que deseo ver desde hace tiempo y que se vino a casita conmigo por dos euros de nada.
EN cuanto al artículo, éste trataba de un asiduo comprador de discos de rock y un dependiente asombrado por la última petición del susodicho: el último de Rapahel. En fin, comienza una disertación en la que el cliente se presenta como un tipo muy enrollado, un rockero de los de antes que empieza a excusarse patéticamente y a explicar por qué el hecho de que le guste Raphael le hace aún más enrollado.
O eso se cree él. Porque este alter ego de Carlos Herrera sale del paso con nula credibilidad. Que no por hacer desfilar una ristra de nombres significa que se sepa de lo que se está hablando y yo no me creo en absoluto que él sea el empedernido rockero que prentende ser.
Más que nada porque ningún fan de Bunbury escribiría "Bumbury". Porque ningún seguidor de David Coverdale le llamaría David Coverdale's. Y porque, desde luego, nadie a quien le entusiasme y recomiende encarecidamente "Child in Time", de Deep Purple, le cambiaría el nombre por "Sweet Child in Town".
Ya puestos lo que me extraña es no haber leído otras abominaciones como "Deep Purpel" o "Asel Rose"... ¬¬
Creo que el señor Herrera no sabe de lo que habla, creo que de todos los músicos mencionados el único que realmente escucha es Raphael. Y en fin, yo le diría que querer hacerse el moderno no es moderno para nada, y que hacerse el entendido no le da un valor añadido a su opinión, y menos si se le ve el plumero a cada frase.

lunes, 23 de febrero de 2009

Tania lleva una tortuga del tamaño de una edición de bolsillo de Los Pilares de La Tierra dentro de una bolsa de Mercadona bastante ajada ya. Qué sentirá la tortuga ahí dentro, será como si la asfixiaran lentamente, acunándola, columpiándola, o será como un paseo agradable en un ambiente húmedo y cerrado. Si es una tortuga tropical puede que le guste!
Una rusa de 60 años, de nombre Irina, gorda y vital, con una sonrisa de oro y gafas de pasta, jersey de mercadillo y ojos de diamantes me lanza un beso con ademanes de mamma mientras le dice (en ruso) a Tania: ¡Mira, se llama Irene como tu abuela!
Quiere charlar conmigo a toda costa, sin importarle mi negativa. Mañana, le digo, mañana por la tarde hablamos todo lo que quieras. Ahora no pondría un pie en la calle ni por todo el oro del mundo. Ahora nada puede compararse a un café soluble en mi casa.
¿Por qué tanta insistencia? –Se queja mi novio. Él siempre sospecha de todo y de todos. A mi no me parece tan raro. Si la veo al menos dos veces cada día desde hace cuatro años. Siempre nos hemos saludado; algún día una de las dos tenía que preguntar a la otra su nombre. Quizá ninguna esperara que la otra fuese simpática y, ante la sorpresa, no quedaba otra que charlar un poco más. Volver al saludo ritual sin más sería poco menos que, además de raro, desconsiderado. Pero al final sucede, algo en plan "anoche fui simpática contigo, pero mañana te devolveré a la indiferencia".

jueves, 19 de febrero de 2009

tu sombra


Cómo miraban mis ojos a tu sombra
peinarse, en la pared.
Tu pelo,
más negro que la sombra de tu pelo,
más brillante que mis ojos que te miran peinarlo.
Que pasen las horas,
mientras contemplo los movimientos de tu sombra.
Mientras la mía la observa
furtivamente.

martes, 17 de febrero de 2009

Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros IV

¿Cuál es la mayor felicidad?

A veces pienso que la felicidad no existe, que es como el presente, que en realidad es una sucesión de futuros inmediatos. De esta manera, la felicidad, como sensación que sientes cuando consigues algo que quieres, es algo que dura tan solo una fracción de segundo ya que el ser humano, por su naturaleza y capacidad de pensamiento, pone inmediatamente y siempre sus ojos y sus deseos más allá, y un poco más allá.

Lo que más deseo en este instante es silencio, pero cuando se haga el silencio desearé alguna otra cosa. Y así, cada vez y hasta el infinito iré siendo feliz, por momentos.

Más a largo plazo y, como he comentado en alguna otra ocasión, lo que más feliz me haría sería vivir en una cabaña en medio de un bosque noruego. Escribir. Tener un gato durmiendo plácidamente sobre la cama. Compartir esto con la persona a la que amo.

¿Cuál es el peor defecto?

Para mí, el peor defecto que puede tener una persona es ser malintencionada, perversa, retorcida. Mi peor defecto quizá sea la inconstancia. No soy muy disciplinada y mi atención salta de una cosa a otra frecuentemente.

Mi familia dice que tengo muy poca correa, esto es, que no se me puede pinchar porque enseguida me pongo como una fiera. Y yo pienso… y por qué tiene que pincharme? Si yo lo que más quiero en este mundo es que me dejen tranquila y a mi aire!

Fernando dice que soy muy desordenada. Yo digo que es verdad ^^U

¿Cuál es el ser más peligroso?

Aquél que no valora la vida ni los sentimientos.

¿Cuál es el sentimiento más ruin?

Alegrarse de la desgracia. A no ser, claro, que esa desgracia haya caído sobre alguien que haya cometido algún crimen atroz.

viernes, 13 de febrero de 2009

Mi primer recuerdo es el de unos ojos oscuros y entrecerrados que me miraban fijamente a través de los barrotes de mi cuna. Yo era tan solo un bebé (seguramente no pasaría de los dos años) y sé que puede parecer increíble, ¡pero es verdad, me acuerdo perfectamente! Esos ojos oscuros me llamaban poderosamente con su brillo intenso, como los colores del móvil musical que bailaba sobre mi cabeza. He oído a mi madre contar que por esa época le di un susto terrible. Según parece metí la cabeza entre los barrotes de mi cuna y a punto estuve de asfixiarme. Me han explicado que antes las cunas no eran como son ahora, antes no tenían la distancia entre las barras homologada para que no pudieran ocurrir este tipo de accidentes. El caso es que, de alguna manera, puede que atraído por aquellos ojos que refulgían, metí la cabeza entre las barras y, no se sabe muy bien cómo, por poco no me muero.

Algunos años más tarde les di otro pequeño susto a mis padres pero no fue culpa mía, de verdad. Estaba jugando con mi “amigo imaginario”. No sé por qué mi familia se empeña en decir que es imaginario, que yo lo vea y ellos no no quiere decir que sean imaginaciones mías. En fin, resulta que estábamos jugando a un juego nuevo que él había inventado. Lo habíamos llamado: “¿Quién es el más valiente?” Yo quería ganar así que cuando me dijo que la prueba consistía en probar a qué sabe la lejía no me lo pensé dos veces. Abrí el armario donde mi madre guardaba los productos de limpieza y le di un buen trago. Aquel día me hicieron el primer lavado de estómago. Todavía me duele la tripa de pensarlo pero no estoy enfadado, sé que sólo fue un accidente. ¿Por qué iba a querer hacerme daño mi mejor amigo?

Cuando tenía once años aún seguía conmigo, a pesar de que a mis padres no les gustaba nada que yo siguiese empeñado en tener un “amigo imaginario”. Decían que ya era mayor para esas cosas. Pero me lo pasaba también con él… Gracias a él nunca me he sentido solo. Nos encantaba jugar a pillar por la azotea, y también hacer competiciones para ver quien aguantaba más buceando sin salir a respirar. Hasta que me enfadé con él por hacerme la zancadilla cuando caminaba haciendo equilibrios sobre el borde del muro que rodea mi casa. Desde entonces noto que ha cambiado; es más duro conmigo, más exigente, como si estuviera ya harto de mí. Me pide cosas cada vez más complicadas. Como el otro día, cuando me propuso que saltáramos dentro de este pozo para ver si encontrábamos algo interesante dentro. A mí no me pareció una buena idea, pero pensé que a lo mejor así le podría demostrar que confío en él. Por eso hago todo lo que me pide, para ver si así se le pasa el enfado, porque no quiero que se vaya y me deje solo. No sabría qué hacer sin él.

Ahora estoy algo más contento, seguro que las cosas volverán a ser como antes, aunque también estoy un poco preocupado. Hay sangre, y me cuesta respirar. Creo que me he roto una costilla como la otra vez. Él dice que no pasa nada, que no me preocupe, pero… tengo miedo y hambre. Dice que si me trago mi propia lengua aguantaré algunos días más, a lo mejor los suficientes hasta que alguien nos encuentre y nos ayude a salir de este pozo. Tengo miedo de hacerlo pero… ¿Y si se enfada y me deja aquí?

martes, 10 de febrero de 2009

Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros III

¿Quiénes son los mejores maestros?

La derrota, el sufrimiento, los errores, los golpes de la vida. Se ve en todas partes que la gente inmadura lo es porque nunca en toda su vida han tenido ni el más mínimo problema.

Por otro lado, hablando de maestros como profesores de colegio, guardo un gratísimo recuerdo de Ismael, un profesor de E.G.B. al que adoraba. Desde aquí quisiera mandarle un saludo, aunque nunca lo leerá. La última vez que le vi, hace ya más de 8 años, recibí un shock al observar que se había vuelto un hombre amargado. Parece que acabaron con su gusto por la enseñanza. Me da muchísima pena….


¿La primera necesidad?

Pobre de aquellos cuya primera necesidad sea el dinero. La mía es la felicidad. Si me siento razonablemente feliz no me importa lo demás. Vale. Es fácil decirlo cuando no estás muriendo de hambre o de una enfermedad. Pero muchas personas tienen salud y dinero y son tremendamente infelices, sienten que sus vidas no valen nada. Y yo no quiero llevar una vida desdichada, quiero una vida plena, una vida que haya vivido, que haya sido buena, aunque no pueda permitirme todo lo que quiera o no vaya a vivir cien años. …es cierto que hay gente, niños, que mueren de hambre, o de cáncer, o cosas peores… es horrible. Te hace replantearte todo, aunque no dejo de pensar que si fuera a morir mañana me gustaría ser feliz por hoy. Me gustaría no morir, pero si voy a hacerlo quiero haber sido feliz…


¿Cuál es el misterio más grande?

Nunca he entendido como pueden volar los aviones!!! Por más que me lo expliquen no me entra en la cabeza xDDD Aparte de eso… después de la muerte.. qué habrá? O_oU