Invitados de honor

lunes, 30 de julio de 2012

Lecturas Julio 2012

  • Relectura de los libros de Jorge Bucay: Cartas para Claudia, Cuentos para pensar, Cuenta conmigo, Shimriti.
  • Poemas varios de Rudyard Kipling, Keats, Rilke, Juan Ramón Jimenez, y Lorca
  • Virginia Woolf, Diarios 1925-1930
  • Orlando, de Virginia Woolf (traducción de Jorge Luis Borges)
  • Biografía de Virginia Woolf, por su sobrino Quentin Bell
Haciéndome experta en Virginia Woolf, poco a poco y sin darme cuenta. Los últimos días de Julio, y las recomendaciones de Virginia me traen a Proust. Agosto estará lleno de Proust.

viernes, 6 de julio de 2012

Al Faro, de Virginia Woolf


Hace semanas que leí Al Faro, de Virginia Woolf, y ahora estoy leyendo algunos de sus diarios y en ellos se comenta el aspecto autobiográfico de la obra, en la que los señores Ramsay son fiel reflejo de los caracteres de los señores Stephen, los padres de la escritora.
Esta novela nos muestra de forma cuidadosamente sutil y descriptiva la vanidosa generosidad y amorosa sumisión de la señora Ramsay, la egoísta necesidad de ánimos y lisonjas del señor Ramsay, la sublevación de Lily Briscoe, la petulancia del señor Tansley. Como siempre, en su estilo poético y sensible, indaga en la psicología . Un poema psicológico, así describió la novela su marido, Leonard Woolf.
Virginia Woolf una vez más escribe de forma experimental y juega con los tiempos y el desarrollo de la acción mediante la vida interior y las percepciones y reflexiones de los personajes. Nos divide la acción en tres etapas: La Ventana, Pasa el Tiempo, El Faro.

En la primera parte podemos observar una estampa vacacional, la casa está llena de vida, los Ramsay tienen muchos hijos que rebullen por las habitaciones, las excursiones, las cenas y los invitados se suceden. Se habla de ir al faro y en el transcurso de esa conversación muchos personajes desfilan ante nuestra mirada.
En la parte central la casa está vacía y en estado de casi abandono, me parece que la Nada de la Historia Interminable está devorando las estancias, la ruina, el viento y sus secuaces, las malas hierbas, el polvo, los ratones, se han adueñado de la mansión y nada queda de la vivaz algarabía familiar.
"Nada rebullía en el salón, ni en el comedor, ni en la escalera. Nada más que aquellas rachas desprendidas del cuerpo del viento se filtraban sigilosamente por las esquinas y se aventuraban al interior haciendo crujir los goznes herrumbrosos y las molduras hinchadas por la humedad del mar. Hay que tener en cuenta que la casa estaba tan destartalada. Casi podía uno imaginarse aquellas ráfagas sutiles penetrando en el salón, investigándolo todo, fisgándolo todo, jugueteando con un jirón suelto del papel de la pared, preguntándose cuánto tiempo duraría colgado de allí, cuándo se desprendería del todo. Se refregaban sutilmente contra las paredes, las recorrían cavilando, como queriendo preguntarle a las rosas rojas y amarillas estampadas en el papel cuándo se marchitarían, examinando -sin prisa, porque tenían todo el tiempo por suyo- las cartas rotas tiradas a la papelera, las flores, los libros, todo lo que se ofrecía a su examen, interrogando a cada cosa para saber si era su aliada o su enemiga, para saber cuánto tiempo iba a durar allí."
Los bichitos del polvo, en la película Mi Vecino Totoro


En El Faro, la última parte del libro, tenemos a Lily Briscoe, uno de los personajes más importantes para mí, haciendo una revisión del transcurso del tiempo, de los caracteres, de las decisiones tomadas, tratando de terminar un cuadro... Y al señor Ramsay con sus hijos viajando en barca al faro, los hijos rebelándose contra el temperamento del padre, y el padre revelándose a los hijos. Pero no quiero revelar, valga la redundancia, los puntos que van aflorando aquí y allá en el simbolismo de este libro. Esto es algo que cada uno debe leer y conservar para sí.
Ojalá leáis a Virginia Woolf y conectéis con ella del modo en que lo vengo haciendo yo.



domingo, 1 de julio de 2012

Lecturas de Abril, Mayo, y Junio 2012

Estoy un poco vaga con la redacción de entradas y se me juntan los meses, pero no importa. Todo queda apuntado y paso a dar fe de los últimos libros que me han tenido atareada con su lectura.

  • Miscelánea, de Jorge Luis Borges. Sus críticas literarias han supuesto para mía casi un manual de recomendaciones. Muy agradecida por descubrirme a autores que me han proporcionado y me proporcionarán largas horas de lectura placentera.
  • 1Q84, de Haruki Murakami. Como no puede ser de otra manera, estoy al día con las novelas de mi escritor favorito.
  • El matrimonio entre el Cielo y el Infierno, de William Blake, con prólogo de Chesterton y traducción del poeta mexicano Javier de Villaurrutia. Pensé que me sería más difícil leer este pequeño librito, pero por una u otra causa me hallaba en sintonía y me lo bebí de un trago en una incursión a la biblioteca
  • La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares, con prólogo de Jorge Luis Borges. En la misma incursión que el anterior, descubrí este relato y me lo leí allí mismo de una sentada. Me pareció maravilloso y me gustó sobremanera. El que fuera gran amigo de Jorge Luis Borges se hará un merecido hueco en mi biblioteca. Tengo muchas ganas de hacerme con toda la obra de estos dos señores.
  • Las Olas, de Virginia Woolf. Primera lectura de esta autora. Quedé hechizada por su sensibilidad y ya no podré dejarla nunca.
  • Al faro, de Virginia Woolf. Nada más terminar el anterior comencé con éste. Y ahora ando leyendo Orlando, y algunos de sus diarios. Autora predilecta ya para siempre.
  • Crimen y Castigo, de Fiodor Dostoievski, del que he dado buena cuenta en una semana, a pesar de sus dimensiones, porque me tenía absolutamente fascinada. Siempre me satisface tanto la literatura rusa. Me parece mágica, sobre todo su capacidad para sumergirse en la psicología humana. Dostoievski es uno de mis imprescindibles, toda su obra debe estar en lugar preferente y bien a mano.
  • La Mecánica del Corazón, de Mathias Malzieu. Esta pequeña novelita para terminar los calurosos días finales de Junio con un agradable sentimiento, preciosa historia agridulce, colores burtonianos y la sorpresa de que Luc Besson ha comprado los derechos de la obra para rodar una película. No puedo esperar. Y deseo leer la segunda parte, La alargada sombra del amor.
Julio ya ha traído sus primeros libros, pero para conocerlos habrá que esperar a la siguiente entrada ^^